Indonesia: Revocan privilegios a legisladores tras violentas protestas
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Tras una ola de protestas que sacudieron Indonesia y dejaron un saldo trágico de seis muertos, el presidente Prabowo Subianto anunció la revocación de privilegios y beneficios para los legisladores. La medida busca apaciguar la creciente furia pública, desatada por la polémica aprobación de un subsidio de vivienda de 3.000 dólares para los miembros del parlamento, entre otros beneficios.
Concesiones ante la presión popular
En una conferencia de prensa televisada, Subianto, flanqueado por líderes de ocho partidos políticos, informó sobre el acuerdo para reducir el subsidio de vivienda y suspender los viajes al extranjero para los parlamentarios. Esta concesión, poco común en la política indonesia, responde a la creciente indignación ciudadana por la desigualdad y el despilfarro de recursos públicos.
“Para el lunes, los legisladores verán eliminados ciertos subsidios y los viajes de trabajo al extranjero suspendidos bajo una nueva moratoria”, afirmó Subianto, buscando dar una respuesta rápida y contundente a las demandas de la población.
Estudiantes desafían la represión
A pesar de las advertencias y la fuerte presencia policial, cientos de estudiantes se congregaron en las principales ciudades de Indonesia, desafiando el temor a una represión tras los disturbios del fin de semana. Las protestas, que comenzaron hace una semana contra las prioridades de gasto del Gobierno, se intensificaron tras la muerte de un conductor de mototaxi atropellado por un vehículo policial.
Saqueos y disturbios
Los manifestantes saquearon casas de miembros de partidos políticos y edificios estatales, generando el mayor desafío al gobierno de Subianto desde que asumió el cargo hace casi un año. La situación se tornó crítica, obligando al presidente a cancelar un viaje a China y convocar a figuras prominentes del país en busca de una solución.
La medida de revocar los privilegios a los legisladores es un intento por calmar los ánimos y restablecer el orden en el país. Sin embargo, la tensión persiste y el futuro de la situación política en Indonesia aún es incierto. La respuesta del gobierno a las demandas de los estudiantes y la sociedad civil será clave para evitar una escalada de la violencia y construir un futuro más justo y equitativo para todos los indonesios.